Mujer sin estereotipos

Ana Ciocchetti es una fiel creyente de que son los seres humanos quienes ponen límite a las fantasías
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El Universal
Miércoles 19 de diciembre de 2007

Si Ana Ciocchetti estuviera frente a usted, ella ya le hubiera analizado la sonrisa. Es una manía que continuamente traiciona a la actriz: “En este momento —le dice al reportero— ya te retraté los dientes... y a ti —le dice al fotógrafo— también te memoricé la boca”.

La confesión es a propósito de la obra Una relación pornográfica, en la que Ciocchetti interpreta a una mujer que cumple su fantasía de reunirse con un hombre por simple placer sexual y sensual. Esta mujer tiene algunas obsesiones por ciertas peculiaridades físicas, por ejemplo, el vello en pecho y espalda. En un diálogo, dice: “Anduve con un hombre con la ilusión de que fuera velludo, pero al desnudarse vi que no tenía ni un solo pelo. Simplemente no pude hacerlo”.

Ana Ciocchetti confiesa que la sonrisa es su obsesión personal.

—¿Esta obsesión determina tu forma de acercarte a las personas?

—No. Yo en general me acerco a las personas de manera conciliadora; aunque tengan una sonrisa hosca, yo le pongo mi mejor sonrisa. Es algo que hago de manera inconsciente desde hace mucho tiempo.

—¿Cuál debe ser el límite de las fantasías?

—No hay límites. Tú eres la única que los pone

—La escenografía de la obra simula un rompecabezas que se arma y desarma conforme transcurre la vida de los personajes, ¿piensas que la vida es un rompecabezas.

—Es una manera de verla porque cuando te falta una pieza o cuando no embona correctamente, sientes que se te está rompiendo la cabeza. Sin embargo, yo prefiero pensar que la vida es un universo de posibilidades, me parece que la vida es un gran regalo para pensar, ser feliz, sufrir, resistir... prefiero pensar en la vida como un gran regalo.

—¿Crees que los hombres son raros, tal y como lo dice el personaje?

—A veces, ja, ja.

—¿Qué tan raros?

—Debo confesar que soy una mujer muy poco sexista. Es decir, no creo en la igualdad de géneros porque somos completamente distintos, pero tampoco me parece que se estereotipe a los hombres como raros o que las mujeres son de Venus y los hombres son de Marte. Creo más bien que todos podemos ser raros o comunes dependiendo de qué tanto entendimiento tengas con la persona. A lo mejor la rara soy yo, ja, ja. Puedes ser raro para alguien y para otro común. Los hombres como género, son formidables.

—¿Cuál es la historia ideal para platicar en la cama?

—No sé. Supongo que depende de cómo ‘pinte la velada’.

—¿Qué estereotipo de mujer te parece absurdo?

—Me parecen absurdos todos los estereotipos. Creo que lo único constante en la vida es el cambio y por lo tanto no puedes estereotipar a alguien si lo más probable es que siga cambiando.

—¿A ti te han estereotipado por tus personajes sensuales?

—Creo que no, porque siempre he construido personajes diferentes, aunque pueden tener similitudes. Hay tantos personajes como posibilidades de seres humanos. Soy demasiado inquieta para hacer siempre lo mismo.

Ana Ciocchetti en la misma obra también alterna el personaje de la escritora, que sirve de enlace para que la pareja narre su relación pornográfica. El final es desconcertante para quienes están acostumbrados a los finales tipo comedia romántica de Hollywood. La obra se presentará hasta la primera semana de enero en el Teatro Helénico y luego comenzará una gira por varias ciudades de la República.

—¿La obra tiene un final feliz o triste?

—Puede ser un final feliz si consideras que las relaciones normalmente terminan mal y prefieres quedarte con la parte del romance que es bastante agradable y placentera. Pero si crees en el amor duradero, entonces es un final triste. Depende cómo lo veas.

—Si estuviera en tus manos ¿qué final le pondrías?

—Optaría por dejarle ese final y escribir una segunda parte. El final de la obra es fantástico porque se sale de lo esperado y te deja mucho que pensar,